IMPORTANCIA DE LA PRESENCIA DEL ECUADOR EN LA ANTÁRTIDA

La Antártica desempeña un rol emblemático  a nivel mundial, en primer lugar por las diferentes fuentes de recursos aún no explotados allí existentes, posee un valor estratégico por su posición y proximidad a pasos interoceánicos (Pacífico, Atlántico e Índico), la que la convierten en una zona de confluencia para las líneas de comunicaciones entre Asia, Europa y Occidente; desde el punto de vista ambiental es crucial para comprender efectos del calentamiento global y las influencias climáticas e interrelaciones que vinculan al Continente Antártico con el resto del mundo; finalmente se considera a la Antártida, como la última oportunidad del género humano para trabajar en conjunto en torno a un bien común explícito, directamente vinculado con la investigación científica en favor del desarrollo y supervivencia del planeta.

Pero ¿Cuál es la verdadera importancia de la presencia del Ecuador en el majestuoso Continente Blanco? ¿Por qué la Antártida debe seguir siendo considerada un área de interés fuera de nuestra jurisdicción nacional?  , de manera muy general se podría decir que es por territorio, recursos, soberanía y contribuir en la protección del medio ambiente global; sin embargo existen intereses políticos, económicos, culturales y de defensa, que se materializan en las visiones geopolítica, geoestratégica y geoeconómica, en donde los factores geográficos y posición estratégica de la Antártida influyen  en el desarrollo de cada uno de los Estados parte del Tratado Antártico.

Desde el punto de vista geopolítico existen 2 factores importantes soberanía y medio ambiente, el primer punto se mantiene bajo una condición de “Statu quo” gracias al Tratado Antártico, lo que le ha permitido mantenerse como una zona de paz, desmilitarizada y sin conflictos, sin embargo el tema sigue latente, muchos de los esfuerzos que los países realizan son para fortalecer las diferentes teorías para una futura reclamación que se basan en el derecho consuetudinario, y teorías como la de los sectores polares,  descubrimiento, defrontación, contigüidad, de los cuadrantes y de la ocupación efectiva (territorio y población) ; incluso actualmente basados en la CONVEMAR, varios Estados parte efectúan estudios geofísicos con la intención de ampliar sus derechos de soberanía sobre la plataforma continental que rodea una vasta porción de territorio Antártico, lo que les permitiría explorar y explotar los recursos minerales allí existentes. Desde el punto de vista ambiental se destaca la importancia de la Antártida en el equilibrio y regulación del clima global,  el ser parte de los esfuerzos para evitar efectos como el calentamiento global y proteger el ecosistema Antártico, constituyen también una importante acción nacional con influencia geopolítica.

El valor geoestratégico de la Antártida, al igual que sucede con el Ártico, está dado principalmente por su posición y proximidad a pasos interoceánicos (Pacífico, Atlántico e Índico), posee características de zona de confluencia para las líneas de comunicaciones entre Asia, Europa y Occidente, especialmente ante un eventual cierre del Canal de Panamá y Canal de Suez; el tener presencia en este sector facilitaría actividades de control sobre la navegación y de despliegue de apoyo logístico y operacional a buques y aeronaves.

Si bien de recursos hablaremos dentro del siguiente punto, es importante mencionar, que el futuro valor estratégico de la Antártida, estará basado en el reconocimiento del valor global real del territorio antártico dentro del marco de la seguridad humana y alimentaria de un Estado.

El valor geoeconómico del Continente Antártico y sus mares adyacentes (Ross, Bellingshausen, Weddell, Amundsen, Lazarev, entre otros), adquiere matices importantes a futuro, pudiendo llegar a ser un posible motivo de confrontación internacional. Este valor se fundamenta en los recursos renovables (Algas, krill, peces, moluscos, mamíferos y aves marinas) y no renovables (Minerales metálicos, no metálicos, hidrocarburos y agua dulce) existentes. Actualmente no hay como obtener ningún provecho de los mismos, ya que existen acuerdos para resguardar los recursos renovables tales como: El Convenio Internacional para la regulación de la pesca de la ballena (Washington 1946), Convención para la Conservación de Focas Antárticas CCFA (Londres 1972) y Convención para la Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos CCRVMA (Canberra 1980). Por otra parte, en 1988 los miembros del Tratado Antártico discutieron  la posible generación de una convención para regular las actividades en relación con la exploración y la explotación de recursos minerales (CRAMRA), sin embargo al no tener apoyo de la mayoría, se cambió de enfoque  y se promulgó  Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente. (Madrid 1991, entro en vigencia en 1998), el que hasta la actualidad evita la explotación de recursos minerales no renovables en el continente blanco (moratoria hasta el 2048), adicionalmente este Protocolo es el que gobierna todas las actividades humanas que allí se efectúan, garantizando la protección global del medio ambiente antártico y los ecosistemas dependientes y asociados.

A pesar de todo este marco regulatorio para evitar que estos recursos sean explorados y explotados, los Estados han aprovechado la puerta abierta a estos recursos que constituye la investigación científica, y a través de ella se invierte en tecnología e investigación para generar capacidades y medios necesarios para estudiar los recursos existentes, caracterizarlos, dimensionarlos y a futuro explotarlos. En cuanto a los recursos marinos vivos, existe una comisión de conservación que establece distintas áreas para realizar actividades de pesca exploratoria, especialmente del krill, merluza negra o bacalao Antártico, que son especies de alto valor comercial.

Dentro de este contexto de las visiones e intereses de los Estados, se podría pensar que los países que históricamente son reclamantes de soberanía en la Antártida tienen cierta ventaja, o que  la influencia de las potencias mundiales como Estados Unidos, Rusia y China es dominante, sin embargo aunque se reconozca su ventajosa posición con relación a la dimensión de sus actividades en la Antártida, capacidad científica y recursos económicos, son los intereses y metas comunes, así como el espíritu del Tratado Antártico (Enmarcado en términos de seguridad y ciencia) los que generan un ambiente de cooperación, convirtiendo a todos los Estados parte en protagonistas del llamado “Sistema del tratado Antártico”. Por lo cual todas las acciones que se han venido ejecutando históricamente hasta la presente fecha, lo que han buscado es fortalecer el ejercicio de los derechos y deberes que el Ecuador tiene dentro del marco del Sistema del Tratado Antártico. No es sino a través de la investigación y la participación  efectiva, que los estados traducen sus intereses geopolíticos en intereses soberanos sobre este continente.

Cada vez son más los países interesados en ser parte del Tratado, dentro de este aspecto geopolítico, es un reto para el Sistema del Tratado Antártico  mantener a esta zona fuera de las áreas de interés internacional, evitando así los problemas de soberanía, que constituyen  a nivel global un problema complejo que puede generar confrontaciones incluso bélicas.

En el aspecto geoestratégico y geoeconómico, la tensión internacional se incrementa, los elementos que influyen sobre el contexto internacional actualmente se relacionan con la sustentabilidad de los recursos, y el acopio de fuentes de energía, de alimentos, agua dulce y de minerales para el futuro. En este contexto los diferentes Estados están invirtiendo masivamente en investigaciones y desarrollo de nuevas tecnologías, tal es el caso del paulatino desarrollo de la bioprospección y biotecnología, la cual conlleva a la búsqueda y el análisis de material genético en organismos vivos con el fin de extraer sustancias susceptibles de producir resultados con beneficios para el ser humano, generando una dualidad ciencia-beneficios económicos.

El 2048 ya no parece  ser una fecha tan lejana, es por eso que cada país busca fortalecer su presencia en la Antártica, y tener argumentos que puedan proveer una ventaja comparativa con el resto.

Como se ha mencionado anteriormente, es importante recalcar que la carrera científica para el conocimiento antártico a nivel mundial,  y especialmente en los países de la región, se ha ido convirtiendo paulatinamente en una estrategia priorizada de los planes de gobierno de cada uno de los países firmantes del Tratado Antártico. El conocimiento de la Antártida y sus recursos se hace imprescindible para promover el desarrollo. El INAE enfoca sus esfuerzos en coordinar e impulsar la investigación antártica en nuestro país involucrando la participación de los Institutos de Investigación de la Defensa, Institutos Públicos de Investigación, la Academia y la Industria, sin embargo la motivación, los compromisos articulados a un programa de investigación no son suficientes, se requiere que la investigación polar sea considerada como una línea de investigación transversal y prioritaria dentro de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SENESCYT), atada a una Agenda y Programa de Investigaciones Antárticas con presupuesto permanente, en donde el INAE cumpla un rol de ente coordinador que promueva el desarrollo, innovación y creación de capacidades y tecnologías en  beneficio de la investigación científica antártica, así como de liderar y administrar una Infraestructura de Datos Espaciales Antárticos (IDE-Antártica), la cual permitirá poner a disponibilidad de la comunidad científica nacional e internacional, el conocimiento y la información que permita promover el desarrollo de actividades científicas continuas, con la participación de un mayor número de investigadores y  aparición de nuevas áreas del conocimiento.

La Armada ha sido el artífice de grandes pasos en la Conquista de la Antártida, sin embargo aún queda mucho por hacer en este apasionante DESAFÍO, para lo cual se necesita el apoyo de Organismos del Estado, la Academia y la Industria, es necesario realzar y definir  una Política Antártica sólida y de proyección de los intereses marítimos nacionales en las más altas esferas, fortaleciendo las capacidades técnicas, logísticas y de investigación en la Antártida que le permitan incluso operar a la Estación Maldonado de manera permanente, estimulando la cooperación  a nivel nacional, y fortaleciendo la presencia ecuatoriana en organismos asociados, así como las relaciones con otros Programas Antárticos internacionales. En el ámbito local, es necesario generar un compromiso y cultura antártica en la población, estableciendo un hilo rojo entre ambas, solo así se podrá cumplir con   mayor responsabilidad los compromisos asumidos en el ámbito del Sistema del Tratado Antártico y traducir los intereses geopolíticos nacionales en realidades.